
Cuentan que Paul McCartney se despertó un día tarareando una canción. No recordaba como había aterrizado aquella canción en su cabeza, el caso es que no podía parar de tararearla, estaba como obsesionado con la dichosa melodía. Desde el principio dio por supuesto que había oído la canción en algún sitio, pero por mucho que lo intentaba, no lograba acordarse de donde la había escuchado. Lo que más le intrigaba era que no tenía ni idea de cual era la letra de la canción, así que se inventó una letra de relleno:
"Ham and Eggs, oh, my baby how I like your legs!" y empezó a cantarsela, uno por uno, a todos sus amigos con la esperanza de que alguien le desvelara de donde procedía aquella misteriosa melodía. Para su sorpresa, nadie parecía haber oído la canción antes. Tras meditarlo mucho, llegó a la insólita conclusión de que había sido él mismo quien la había creado mientras dormía.
Hace cosa de un mes me compré una guitarra y desde entonces y armado de un libro, he intentado aprender yo solo a tocarla. Aunque la cosa va lenta y no he aprendido más que cuatro acordes, anteayer me animé a componer una canción basándome en esos cuatro acordes. Lo extraño es que no tardé ni cinco minutos. Empecé a tocar distintas combinaciones de esos cuatro acordes y la melodía me salió casi sola. Inmediatamente sospeché que no era una melodía original, que la había escuchado en algún sitio antes y al igual que hizo en su día el señor McCartney se la tarareé a varios amigos, pero a nadie le resultaba conocida. Creo que me pasaré la vida pensando que se la he plagiado a alguien de una manera inconsciente, igual que le pasó a McCartney. Ni que decir tiene que no pretendo comparar mi canción a la de McCartney. La mía es muy mediocre y la otra quizás os suene. Aquel trozo de los "ham and eggs" acabó convirtiéndose en:
Yesterday
All my troubles seemed so far away...